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Provinciales

Números en rojo: Las carnicerías de los barrios, en crisis por las subas

Varias ya bajaron sus persianas. La caída de las ventas llegan al 50%. Cubrir los costos para poder seguir trabajando es toda una odisea.

Las carnicerías de los barrios de la capital salteña se encuentran con los números en rojo a causa de las subas constantes y la competencia con grandes cadenas, que las colocaron en una situación de desventaja. La ventas disminuyeron considerablemente en los últimos días. Algunas carnicerías ya bajaron sus persianas al no poder afrontar la inflación que no da tregua y los propietarios de las que aún se mantienen abiertas ya empezaron a pensar en abocarse a otros rubros.

Durante un relevamiento efectuado por El Tribuno se detectaron tres carnicerías que ya cerraron en zona sur. Una ubicada sobre la calle La Capital del Mar del Plata y otras dos situadas sobre la calle Diario La Razón.

 
"Las subas impactan mucho en las ventas, de forma negativa, un 50 por ciento menos se vende. La gente se queja por los precios. No le alcanza la plata", contó Osvaldo Segura, propietario de El Palenque Carnes Premium, ubicada sobre la avenida Roberto Romero, entre los barrios El Tribuno e Intersindical. El local ya lleva 40 años.

 

Contó que todos los cortes subieron y que el kilo de blando especial cuesta 4.000 pesos. Es uno de los que más lleva la gente.

Cubrir los costos para poder seguir trabajando es toda una odisea. "Teniendo un comercio corres riesgo siempre, como todo. Los alquileres subieron un 100 por ciento. No podes mantenerlo mucho tiempo. Te suben la luz, los impuestos y las ventas bajan", manifestó.

Relató que tenía otras dos carnicerías y que por la situación económica se vio obligado a venderlas. "Habían bajado mucho las ventas. Sinceramente no creo que esto cambie o mejore", finalizó.

 

"Compran menos"

Adrián Jaúregui tiene 49 años y desde los 19 trabaja como carnicero. Contó que no percibe que ingrese menos gente al local, pero sí que compra menos cantidad.

"Disminuyó el consumo. Por ejemplo, una vecina que antes llevaba un kilo de carne ahora lleva solamente medio", contó. Su local se llama "Don Nardo" y se ubica sobre la calle Diario El Clarín, del barrio El Tribuno. Funciona hace seis años y lo tiene en conjunto con un familiar.

Otro factor que influye en la disminución de ventas de las carnicerías barriales pequeñas es que la gente busca ofertas y cuando los supermercados u otros comercios grandes las lanzan, las aprovechan e incluso hacen largas filas para comprar.

"Las cadenas de carnicerías con sucursales están tapando a las carnicerías chicas como nosotros que vendemos al menudeo", sostuvo.

Señaló que una media res de 100 kilos le cuesta 200 mil pesos. "Antes comprábamos cuatro o cinco por semana pero ahora solamente dos y a veces a duras penas", indicó.

Añadió que un día "malo" se puede llegar a vender 20 mil pesos. Contrariamente, en un fin de semana bueno, puede vender desde 80 hasta 120 mil pesos, entre sábado y domingo.

Ante las subas, tiempo atrás, los clientes se enojaban pero ahora ya no. "Entran y preguntan: ¿Ahora cuánto está? Porque ya se acostumbraron a tener un día, un precio y otro al día siguiente y esto pasa en todos los rubros, no solo la carne sino las verduras, el pollo y pescado", dijo.

Lo que más lleva la gente es carne molida. El kilo cuesta 3.200 pesos. También buscan el puchero especial que sale 2.100 pesos. Los blandos especiales van desde los 3.600 pesos. El lomo de filet es uno de los cortes más caros: está a unos 4.300 pesos el kilo.

Adrián contó que hubo un aumento del alquiler y que deben abonar 55 mil pesos. Además, tienen que pagar 25 mil pesos por el servicio de luz eléctrica.

"Lamentablemente no dan los números, así que no sería extraño que la otra semana esté cerrado porque estamos pensando en pagar todo, dejar todo en cero y cerrar. Conozco varias carnicerías que ya han cerrado por acá, a la vuelta. Es lamentable", expresó con gran pesar.

El trabajador analiza la posibilidad de dedicarse a otro rubro. "Toda mi vida fui carnicero y algo haré. Me dedicaré a otra cosa. De última me iré de empleado a otra carnicería", culminó.

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